December 22, 2009

metros

existio una vez un hombre con el corazon tan grande que su cuerpo debio crecer muchisimo para contenerlo. asi fue como se transformo en un gigante. este gigante se llamaba bruno y vivia frente al mar: la playa era el patio de su casa, el mar su bañera. cada vez que las olas lo encerraban en su abrazo desflecado, bruno era feliz. por un instante dejaba de ver la playa y el cielo: su cuerpo era un enorme pez con malla dejandose arrastrar hacia la orilla.
su estacion preferida era el verano. en ella, su patio playero, solo y callado durante el resto del año, volvia a ser visitado por los turistas y a llenarse de kioscos. entonces, bruno se sentia menos solo.

el primer dia de un verano cualquiera, bruno conocio a leila.
acababa de salir del mar y caminaba distraido, sus enormes huellas quedaban dibujadas en la arena. de pronto, otros pies, unos pies pequeñisimos, empezaron a pisarlas una por una.. eran los pies de leila, una mujercita apenas mas grande que sus propias huellas.
bruno se detuvo asombrado:
-no me tenes miedo?- le pregunto.
leila simulo no escucharlo. bruno se le acerco un poquito:
-sos sorda acaso? te pregunte si no me tenes miedo..
la mujercita se rio:
-no. por que tendria que temerte? sos tan hermoso.. la belleza no puede hacer daño.
bruno se estremecio:
-hermoso, yo?
-si. sos hermoso. me encanta el metro de azul que tenes en cada ojo.

el segundo dia de aquel verano, bruno se enamoro de leila.
-queres casarte conmigo?- se animo a preguntarle, quebrando la timidez por primera vez en su vida.
-si- le contesto ella -quiero casarme con vos..- y se alejo saltando.

en el tercer dia de verano, bruno corrio hacia el mismo lugar del encuentro. encontro a leila muy ocupada, juntando caracoles en un balde.
-ola leila!- le dijo despues de mirarla unos segundos en silencio.
-que tal, bruno?- le respondio ella.
desde esa tarde, y hasta que termino el verano, se encontraron en la playa todos los dias.

el ultimo dia de vacaciones, bruno la tomo de la mano y la llevo con los ojos cerrados a conocer la casa que el mismo habia construido frente al mar.
-podes abrir los ojos, leila. esta va a ser nuestra casa, aca viviremos cuando nos casemos..
lo primero que vio leila fue el zocalo, que le llegaba hasta las rodillas.. despues miro la puerta, de la que ni siquiera podia alcanzar el picaporte.. finalmente echo su cabecita hacia atras y la contemplo entera con sus pequeños ojitos. puertas de madera, ventanales con vidrios azules, una cupula en lo alto, tan cerca de las nubes..
-no me gusta!- grito leila con su vocecita chillona.
-pero si todavia no la viste por dentro..- le dijo el gigante un poco triste.

tomandola en brazos, llevo a leila hacia el interior. la mujercita no dejaba de protestar:
-y esas escaleras? para que tantas? no hay ascensor? pensas que me voy a pasar el dia subiendo escaleras?
-pero por esta escalera podes alcanzar el verano..- le explico bruno tartamudeando -esta otra te llevara a la terrraza.. desde ahi miraremos todos los atardeceres.. esa llega a un jardin de aire libre.. esa otra..
-no, no y no!- dijo leila pataleando -no me gusta esta casa! yo quiero una casita chica, bien chiquitita! con cortinas y macetitas con flores..
-pero ahi no cabria yo..- lloro bruno- no cabria..
-podrias sacar la cabeza por la chimenea, y desenrrollar tu barba por el tejado.. estirar tus brazos a traves de las ventanas.. deslizar una de tus piernas por la otra puerta y doblar la otra.. y..

no. bruno era un gigante. y leila no sabia que el corazon de un gigante no cabe en una casa chiquita.. un gigante hace todas las cosas en gigante.. hasta sus sueños son gigantes.. hasta su amor es gigante.. no caben en casas chiquititas.
-adios bruno. no puedo casarme con vos- le dijo, y dando varios saltitos, desaparecio de su lado.
a la semana siguiente se caso con un hombrecito de su misma altura, y desde entonces viven contenta en una casita de la ciudad, con cortinas y macetitas llenas de flores.
y bruno? bruno sigue alla, junto al mar. sabe que cualquier otro verano encontrara una mujercita capaz de entender que su corazon gigante necesita mucho espacio para latir feliz.

y con ella estrenara entonces todas las escaleras de la casa de piedra.. con ella bailara en al cupula la musica del mar..
con ella tocara, alguna noche, la piel helada de las estrellas.


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